Aloyahé, te he visto y si aún no he cantado es porque el silencio extiende la maravilla.
Aloyahé espejo. Tu paso de latir a ciegas fue lo que trajo tus ojos abiertos a la luz.
Tus ojos que recuerdan la próxima certeza de lo insondable.
Aloyahé, hermano en el intento. Sé que me llamas